Mis 4 amigas
El fin de semana pasado me invitaron al evento musical "Corona Music Fest" y pensé que sería una buena idea. Y así fue.
Aunque llegamos tarde, al entrar al lugar no fue ningún problema el acercarnos lo suficiente como para ver a gusto el repertorio de bandas programadas. Una vez ya instalados, y con cerveza en mano, disfrutábamos del primer grupo que alcanzamos: La Gusana Ciega. Seguido de Las Víctimas del Doctor Cerebro, la cosa se ponía con más ambiente en cada trago de cerveza que dabamos. La multitud se prendía a medida que las canciones populares se dejaban escuchar a tal grado de que los artistas se aventaron al mar de gente como buenos rockstars que se sentían.
Al término del turno de "las víctimas", mientras se daba ese break para que el público se abasteciera de líquido embriagante, sin darnos cuenta, un grupo de cuatro muchachas estaban a un lado de nosotros. Este grupo se distinguía por su entusiasmo, sus energías, y por el buen desmadre que estaban armando mientras esperaban que "El Gran Silencio" hiciera su aparición. Mientras tanto, mis amigos y yo seguiamos platicando y bebiendo como si la cerveza fuera gratis cuando en realidad costaba $30 el vaso.
Para cuando nos dimos cuenta, las chicas estas ya estaban junto a nosotros y nos sacaron plática en lo que todo se arreglaba para que la música continuara.
Intercambiamos un poco de charla y fue por ello que supimos que iban por ver a El Gran Silencio y a Plastilina Mosh. Ellas de inmediato notaron que yo andaba haciendo "mal tercio" entre mi amigo y su novia y fue por ello que me invitaron a que me pegara con ellas mejor para darles su espacio. Como no queriendo la cosa, yo acepté y seguimos parloteando un rato.
De pronto, dejamos de hablar para apreciar la presentación de la siguiente banda. Para cuando esto sucedió, admito que mi estado de briaguez ya había pasado su límite normal y por lo cual, yo ya era otro. Como ya casi nos considerábamos muy buenos amigos, decidí quedarme con ellas mejor sin perder de vista a los otros dos con quien fui, porque, digo, estaba borracho pero no pendejo ya que si los perdía iba a ser un problema grande para encontrarlos entre tanta gente. Mientras todos afinaban su voz para entonar las canciones de la banda, mis nuevas amigas y yo estabamos echando el desmadrote en grande a tal grado que algunos vatos se acercaron a ver que les tocaba. No fallaron porque dos de ellas se pegaron con dos weyes que llegaron a tirar la onda. A todo esto, tres de ellas ya estaban igual o peor que el estado en que yo me encontraba, por lo que la que supongo era la conductora designada, seguía bebiendo pero sin demostrar efectos impertinentes. Eso o en verdad es de esas borrachas que necesitan 25 litros para empezar a cabecear. Como sea, llegó el momento clímax cuando tocaron el Chúntaro Style. No no no, lo bueno es que casi no me acuerdo (aunque sí). Ahí me ven bailando el pinche Chúntaro Style con las 4 morras ya que los que se pegaron fueron mandados a comprar cervezas para nosotros (si les digo que me pongo borracho pero no pendejo). Entonces, según me informarón al día siguiente, yo estaba haciendo bolita con las 4 locas esas coreografiando los pasitos del curioso baile igual que en el video. Espero no haber sacado pasos de breakdance; espero que no. La verdad que vergüenza. Y no por dar espectáculo estando ebrio, eso siempre lo hago; pero que pena bailar esas chingaderas, ¡y ante cientos de personas!
Por si fuera poco, entre las otras canciones más esperadas estaba la de Dormir Soñando la cual también canté con ellas a todo pulmón ¡Y claro, bailando!
No mamen, ni cuando tenía 15 y estaba de moda.
Y ahí estaba yo con mis nuevas amigas; bailando, bebiendo, fumando y pasando un buen rato.
Ya casi al término del concierto, cuando poco a poco la gente se iba dispersando, nosotros seguiamos tomando como locos. Recuerdo vagamente que una de ellas me pidió mi PIN y le dije que no tenía. Automáticamente noté que dejé de ser su amigo. Me preguntó que cómo era posible que no tuviera BlackBerry. Le dije: pues no tengo, pero si quieres pásame tu número y te mando iMessages (tirando aceite nada más porque ya sabía que ella no tenía un iPhone). No más se quedó viendome y diciendo: no sé que es esa madre. O sea, pinche loca ignorante.
A pesar de que esa chica era la más fresona, mamona, ¡y la más borracha!, la verdad es que las 4 eran a todísima madre. Sin embargo hubo una que era con la que congenié más; la que estaba más sobria. Me daba risa porque cada que le pedía cigarros me lo ponía en la boca y rápidamente sacaba su encendedor del bolsillo para darme lumbre. Era muy gracioso y no sé porque lo hacía. Y no, no es que estábamos tirándonos la onda, sólo que, ya saben, a veces soy todo un pinche divo y hay quienes le entran al juego.
Así se fue extinguiendo por completo el relajo y para cuando me di cuenta las chavas ya no estaban. Se habían ido. Así nada más, sin despedirnos. Sin un "hasta luego" o "la pasamos súper". O quizá sí pero la verdad yo no me acuerdo mucho de esa noche.
Obvio no me interesaba saber como contactarlas otro día. De hecho ni siquiera nos dijimos nuestros nombres. Fue cosa de una noche donde conocí a 4 personas que estaban en el lugar correcto. La pasamos bien, me quedan algunos recuerdos y uno que otro video en HD que mis dos amigos me grabaron mientras bailaba el Chúntaro Style, el cual no he visto ni quiero ver.
2 de las morras estaban medio federicas, y una tercera más o menos pasaba, pero eso no importaba porque todas tenían una chispa muy interesante la cual nos contagiaron y por eso pasamos un rato con ellas. La cuarta, la que no se le notaba peda, y con la que más conversé, recuerdo que era más chaparra que yo, usaba lentes y tenía el cabello muy rizado. Era bonita, pero sobre todo, era la chica más buena onda de las 4. Y la más centrada además porque a ninguno de los weyes que la invitaba a las cervezas les aceptó. Claro, a mí sí.
Mis amigos me dijeron que debí pedirle su número o mínimo preguntarle su nombre, pero es que no mamen, apenas y andaba de pie y querían que esté pidiendo números. Además, lo único que me importaba en ese momento es que conseguí 4 amistades con las cuales me divertí como hacía mucho no lo hacía y eso creo que es lo más importante de la historia.
Estoy seguro que jamás las volveré a ver pero no importa porque me guardo un recuerdo, medio borroso, pero al fin y al cabo recuerdo de una noche divertida para recordar en donde por unas cuantas horas fui muy feliz con mis 4 amigas.
PD: Sigue siendo un misterio para mí el por qué me emborraché tanto con tan poco alcohol. Si acaso me tomé 5 o 6 vasos, creo. Quizá porque no había comido nada desde el medio día. Sin embargo yo le sigo echando la culpa al ingrediente activo de la cerveza Corona. Pinche alcohol pal perro. Nunca me ha gustado la cerveza Corona.
Mis 4 amigas
Reviewed by Novak
on
martes, febrero 28, 2012
Rating: 5