No aprovechar es desperdiciar


No sé porque el ser humano tiene esa costumbre de no apreciar lo que sí tiene y de añorar lo que no. Seguramente es una actitud psicológica completamente natural por lo que se comprende, pero ni así se justifica el que luego ande lloriqueando cuando se da cuenta que ha perdido algo valioso que era de su pertenencia.

Me incluyo a la lista de esos afortunados que tienen a su lado algo que vale mucho pero que no le damos importancia y no agradecemos, o que sobre todo, no disfrutamos. Estoy muy seguro que todos en algún momento dado tenemos algo tan valioso que alguien más desearía. No necesariamente tiene que brillar, es más, pudiera estar muy opaco, sucio, escondido o hasta roto, pero que para nosotros representa un gran valor ¿y qué hacemos? lo ignoramos en su totalidad.

Por ejemplo, solemos desperdiciar nuestros ratos libres, de esos en los que tenemos la posibilidad de respirar tranquilamente y de meditar; o simplemente de descansar unos minutos y tomarlos para nosotros. Sin embargo, nos parece tan aburrido que en seguida tomamos nuestro Smartphone y nos ponemos a twittear: "Estoy aburrido y sin nada que hacer. ¿Sugerencias?".
No digo que esté mal el querer animarse cuando se está aburrido, pero sí el que nos quejemos que no tenemos ni un solo segundo para respirar.

Mucha gente desperdicia la relación en que se encuentra y no aprecia la fortuna que tiene de que alguien quiera estar a su lado. Luego viene el lloriqueo de su soledad y "no se explica el porque".
Desperdiciamos desde tiempo, dinero, espacio, amistades, cariño y hasta las enfermedades; sí, ya saben, hay que aprovechar cuando nos enfermamos para no ir a la escuela o al trabajo. ¿Ven como soy positivo?

El caso es que me puse a reflexionar sobre esto ya que ando de vacaciones y no estoy aprovechando mi tiempo libre. Hay tantas cosas por hacer desde ponerle pies y cabeza a mi recámara, hasta salir una tarde para tomar un poco de aire fresco y beber una coca-cola fría en la plaza mientras me burlo de los que se ven agotados y se van a casa luego de una ruda y cruel jornada laboral.
Al final no sé si estoy desaprovechando la oportunidad de ocuparme en algo o si estoy tomando ventaja y estoy descansando plenamente. Lo que sí sé es que al final de estas malditas vacaciones voy a terminar quejándome de algo (como siempre).


6 comentarios:

Victor Falconí dijo...

Jaa, muy cierto. A veces no vemos lo que tenemos ahora cegados por los deseos de tener algo más. Hay que hacer algo al respecto, darnos cuenta solo es el primer paso. Saludos.

maldito desgraciado dijo...

Yo confundo eso de 'querer' entre ambición, necesidad y capricho.
Pero bien dicen que nadie sabe lo que tiene hasta que se muere.
También creo que hay quienes confunden felicidad con conformismo, pero eso es harina de otro costal.
disfruta las vacaciones!

aLe dijo...

Pues yo soy esas raras que le encanta lo que tiene ;me gusta disfrutar de la siesta en la tarde (cuando puedo) y asi.
Cuesta trabajo y muchos golpes aprender eso; pero sí me gusta lo que tengo y como es mi vida:
Y no es conformismo.

Alexander Strauffon dijo...

Es porque el ser humano cae en el vicio de apreciar las cosas en funcion de la probabilidad de su pérdida, en vez de apreciar el valor intrínseco de la cosa (o persona).

ѕocιaѕ dijo...

Me uno a la fila de quienes dejamos de aprovechar lo que está a nuestro alcance y empieza a necesitarlo cuando se ha alejado.
Ironias de la vida, como dices seguramente en cuanto se terminen tus vacaciones andarás contando hasta los segundos por las que siguen y cuando las tienes no sabes como gastarlas de tal manera en que puedas presumir que las disfrutaste, te recomiendo que te apliques empezando por no perderlas durmiendo hasta tarde, si sabes que necesitas arreglar tu cuarto, ¡hazlo!, disfruta del tiempo y no solo lo dejes ir "sin nada que hacer"

Saludos

Anónimo dijo...

Solo en tus vacaciones escribes tranquilo y sin mentar madres. Se siente el break que traes en tu post.
Aunque me gusta más leerte quejándote de todo. No comento tu punto que trataste porque se me hizo más importante lo otro. Saludos, G.

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