Pan con mantequilla

Si yo tuviera pareja con quién compartir esto es lo que me sucedería en un día cualquiera y no necesariamente en un 14 de Febrero.

- Como que no me llené con lo que comí.
- Pues come otra cosa.
- Ya no había nada mas, queda yogurt pero no tengo antojo, se me antojan unas sabritas.
- Emm....
- O un pan con mantequilla.
- Eso está mucho mejor. ¿Y por qué no te lo preparas?
- Que flojera prepararlo, ve y preparamelo ¿Si?
- Sólo si me das un beso con bigotes de azúcar.
- Te doy lo que gustes. Además, mientras tu cortas el pan y le untas la mantequilla yo podría abrazarte y respirar tu cuello y tu cabello.
- Pero quedará todo mal hecho ¡Eh! Son zonas hot.
- Pero recogería tu cabello delicadamente para despejar por completo tu cuello y así buscar el nervio que te prenda.
- Ah ¿Si? ¿Y qué mas guapo?
- Me armaría de mis manos y mis dedos para encontrar tal arteria sensorial la cual buscaría con mucho ímpetu hasta encontrarla. Una vez localizada, te sujetaría muy fuerte de la cintura pero a la vez sutilmente, sería incapaz de lastimarte, lo sabes, pero igual debo hacerte ver que el control lo tengo yo.
Con la punta de mi lengua jugaría con ese nervio una vez encontrado. El ritmo de mi respiración entraría en contacto el olor de tus feromónas que poco a poco vas a ir desprendiendo en señal de que te está gustando lo que hago.
Besaría tu mejilla, recorrería el contorno de tu oreja con mis labios, clavaría mis colmillos en tu cuello y mordería tu cabello.
Te diría las palabras mas dulces que la misma azúcar, que para entonces, ya habrás derramado en toda la mesa.
- Sin dudarlo. Sigue.
- Soltarías el cuchillo con el que estuvieras untando la mantequilla, levantarías tus manos por encima de la cabeza y buscarías mi nuca, cerrarías los ojos y expresarías en tu rostro un gesto de felicidad, pasión y excitación. Pequeñas mordidas y besos son los que entonarían el pretensioso baile de mi húmeda lengua con el contacto de tu piel ya erizada por las múltiples sensaciones que te encontrarías experimentando.
- Y entonces yo me daré la media vuelta para besarte plenamente.
- No.
- ¿No?
- Te intentarás dar la vuelta para que fusionemos nuestras bocas en un largo y duradero beso francés pero yo lo evitaré. Y lo haré por el simple hecho de que me gusta poseerte de tal manera, me gusta decirte cosas lindas, dominarte y a ti te gusta ser dominada por mi. Ya sabes lo mucho que me gusta tomarte de la cintura y respirar fuertemente por encima de tu cabeza.
Nuestras temperaturas alcanzarían valores nunca antes experimentados y sentiríamos que ardemos, que nos derretimos y tal vez hasta transpiremos
- Bajemos ya entonces amor.
- Con mucha suavidad pasaría mis manos por sobre tus caderas en señal de que te expreso todo mi interés hacía ti, recorrería con las palmas de mi mano tu espalda erguida y con exagerada curvatura derivada de las contracciones que todas esas emociones te estarían afectando el sistema nervioso.
- Tartamudearías, suspirarías, y definitivamente te agitarías. Te morderías los labios, te mojarías con tu lengua la boca, te retorcerías y tu piel se tensaría por momentos abriendo sus poros para dejar salir toda esa humedad que dentro de ti tanto desearía salir para partir rumbo hacia la atmósfera.
- Ay Novak...
- Pensando que he sido demasiado cruel contigo, te daría media vuelta y nuestras miradas quedarían fijas por un instante perdiendo así totalmente la noción del tiempo y el espacio. No sabríamos que día es, ni donde estamos, y la verdad... no nos importaría.
Esa mirada se nos haría eterna pero a la vez será sensual, tierna y muy cautivadora. El silencio nos cubriría y las palabras no podrían ser articuladas, quedaríamos mudos y atónitos ante tales emociones y sensaciones... simple y sencillamente estaríamos fascinados el uno con el otro.
- Ajá ¿Qué más?
- Ya sin poder resistir ni un instante mas, nuestros rostros se acercarían al igual que nuestros cuerpos. Cerraríamos los ojos y sin ver absolutamente nada nuestras bocas sabrían encontrar la ruta exacta para llegar al destino tan anhelado. Un gran beso se daría a cabo que tras el intercambio de nuestras salivas también se transmitiría un gran sentimiento de confianza, plenitud, amor y mucha pasión. Lentamente nos separaríamos luego de unos minutos y nos miraríamos fija y nuevamente a los ojos para concluir en una frase cuasiperfecta y unisonora... Te amo... Ya, fin.
- Te amo Novak.
- Y yo a ti cariño.
- Bueno, pues bajaré a la cocina para prepararte tu pan con....
- Olvida ya el pan, ya me dio mas hambre, mejor no hagas nada, mejor acuestate conmigo y me abrazas mientras ordeno una pizza por teléfono.