Odio el Halloween
Por fin llega el mes de noviembre, bueno, para lo que falta, total que en otros blogs anduvieron anunciandolo a principios de mes. El mes de noviembre es muy representativo para nuestro país a través de su cultura, donde México se luce en todo el mundo por su famosísimo, tradicional y misterioso "Día de muertos".
Al resto del mundo le parece fantástica nuestra cultura, nuestra tradición, esa costumbre de creer que las almas de nuestros seres queridos arriban a la tierra de los vivos con tal de convivir con los que los extrañamos. Mictlán, tierra de los muertos, abre sus rejas grandes de metal forjado y quita el letrero que dice "No brincar la reja", para así permitir el paso y la armonía entre andos mundos únicamente en esas fechas permitidas. Curiosamente en estas fechas no se espera terror y espanto por parte de los muertos, y nada tiene que ver con zombies y muertos vivientes descerebrados caminando con las tripas por fuera y destilando putefractos olores. Por el contrario, radica la felicidad y la alegría de recibir a estos seres quienes alguna vez habitaron entre nosotros y que por desgracia del destino, por mala suerte, por estar en el momento menos indicado o por ajustes de cuentas del Karma, nos abandonaron. Para recibirlos como se merecen se les hace una ofrenda por demás exagerada para llamar la atención de las ánimas. Parte de la tradición está en ofrecer la comida favorita del muertito, tanto platillos y bebidas que le gustaban, así como algo distintivo que nos lo haga recordar. A mi sería bien sencillo complacer, una cubeta de KFC, una Coca-Cola de 2 Litros y unas papas de Burger King y yo sería feliz, ¿ven que patriótico soy? Por el lado distintivo pediría me pongan en la mesa un "We love Novak" y un iPod touch, y ya con eso regreso a gusto. No sé ustedes.
Pero bueno, esto se pone aburrido y ni siquiera he mencionado el tema que quiero.
Decía que muchos consideran que somos afortunados de tener nuestra propia cultura y tradición, pero como somos bien pinche mexicanos cada vez lo hacemos menos. Los que aún siguen la tradición son las personas mayores, esas que ya chochean y que aún tienen raíces de ese tipo. Para el resto de la juventud, estas fechas solo significan algo, Halloween.
Si, el Halloween es una festividad que también tiene su tradición y que se origina en las tierras de Irlanda, no EE.UU como muchos suelen creer. Sin embargo no es una celebración que se siga al pie de la letra, a excepción de su lugar de orígen. Para todos, la palabra Halloween solo significa una cosa, fiesta de disfraces con mucho alcohol, para algunos solo significa fiesta con mucho alcohol, y ya para casos muy extremos, el puro alcohol (mucho).
A lo que voy es que en nuestro país y muy seguramente éste sábado en muchas casas, antros y restaurantes se preparan para celebrar dichas fiestas. Sobre todo los jóvenes de ahora que se entusiasman con estas cosas y disfrutan de disfrazarse, decorar y ambientalizar con fantasmitas, brujitas y calabacitas y todas esas pinches ridículeses.
Y es que, ¡No mamen! ¿Cómo les puede gustar esa sarta de tonterías de los disfraces? No, no es que sea amargado, pero si al menos fuesen verdaderos trajes que impacten, se los pasaría, pero ver bailar a una gorda media borracha en un traje naranja con rayas negras simulando ser una calabaza no puede ser para nada divertido, mucho menos sano.
Algunos disfráces ridículos que las personas usan y se creen "cool":
Lo sé, hay quienes se olvidan que se trata de sembrar terror, no risa.
En toda mi vida he asistido a una sola fiesta de Halloween en donde tuve que usar disfraz, y lo hice para sentir la experiencia que me daría el sentirme estúpidamente ridículo esperando muy remotamente encontrar algo divertido en ello. ¿El resultado? Así es, solo me sentí estupidamente ridículo y aburrido.
Para empezar me tomó un tiempo animarme a ir a una de esas reuniones, y más lo pensaba porque era con unos compañeros del trabajo que si bien son agradables, su efusividad por realizar estos tipos de conbebencias son totalmente deprimentes. Al final lo que me convenció a asistir fue que la jefa dijo que el que no fuera le descontaba el día, fue ahí cuando sentí que me nació ir.
Lo segundo que me tomó mucho tiempo fue decidir que disfraz sería el que usaría para impresionar a esa bola de ineptos. Los clásicos disfraces de vampiros, zombies, frankenstein y scarie movie, estaban totalmente descartados, tratandose de mi tenía que ser algo original, algo que los impacte. De pronto la solución vino a mi cabeza:
Una vez escogido la máscara del vocalista del grupo de Slipknot, decidí buscar a un pendejo que me haga la máscara porque a simple vista se veía bien cabrona de hacer. Luego de analizar que nadie me iba a hacer el favor, no me quedó mas que hacerme al pendejo yo mismo y comenzar la fabricación. Como no supe como hacerla de látex, la tuve que hacer del material de las piñatas, papél periódico y engrudo. Ahí me tenían todo pendejo emocionado por hacer la que sería la máscara más original de toda la fiesta y donde seguro el premio de primer lugar sería para mi puesto que había un "concurso" a mejor disfraz.
Cuando llegó el día ya no me la quería poner. Imagínense el rídiculo de andar con una máscara y sobre todo lo incómodo que sería, y que fue. Ni modo, un primer lugar me esperaba.
Desde que llegué a la fiesta recibí elogios por mi creatividad y chingonería por hacer mi máscara, claro, a ellos no les dije que varias sesiones me tomó que en mi casa me ayudaran a ponerme una bolsa de plástico en la cara mientras me aplicaban capas de papel periódico con engrudo caliente dandole forma al contorno de mi rostro. No no no, juro no lo vuelvo a hacer.
Ese día hubo espantapájaros, un par de brujas, un Scream, y otras cosas que no recuerdo. Obvio gané el premio, perdón, el fantástico premio, una bolsa de dulces conmemorativos con sabores horripilantes... ¬¬'
Lo peor de aquella ocasión no fue el sufrir el calorón de la máscara que por nada me dejaban me la quitara, no fue lo aburrido que estaba todo por la falta de la música, lo estúpido que nos veíamos por usar DISFRACES, ni lo asqueroso que sabía su ponche ya que no hubo ni cervezas. Lo peor fue que se les ocurrió realizar "juegos macabros". En primera instancia pensé: Ahora si se pondrá bueno; ojalá y se trate de causar dolor ajeno a alguien más, calzón chino o limón en los ojos sería bueno para comenzar, pero nada de eso estaba en la tómbola improvisada.
Algunos de los castigos que recuerdo fueron:
Gatear al rededor de la habitación por 3 minutos.
Bailar la pelusa.
Entrar a la casa haciendo pasos de ballet.
Cantar una estrofa de tu canción favorita.
Hacer risa macabra.
Y muchas otras MAMADAS.
Recuerdo que me toco hacer lo del ballet. Imaginenme a mi, con mi máscara del mal haciendo pasos de ballet... vayan a chingar a su madre.
Como pude fingí bostezos tempraneros y mencioné que me quería ir a descansar. Y fue así como al salir de esa casa del espanto, me juré a mi mismo nunca pero nunca asistir a una fiesta de disfraces, mucho menos disfrazado y mucho menos con ellos.
Personalmente prefiero celebrar viendo una película de terror, con unas botanitas y unas cervezas bien frías. Suena mejor ¿no?
¿Ustedes son de ofrendar comidita a los muertitos o son de hacer trick or treat?
PD: Ya tengo mi "disfraz" de temporada. Y la pueden descargar ¡totalmente gratis! (1) dandole click derecho y guardar. 1Válido hasta el 3 de Noviembre.
Odio el Halloween
Reviewed by Novak
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miércoles, octubre 27, 2010
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