Mejor sabor que nunca


A veces no te das cuenta por ser algo tan simple y de repente ves que desde siempre te has estado comiendo esas galletas con la leyenda "Mejor sabor que nunca", y es entonces que te cuestionas a ti mismo si los que hacen esas galletas son tan pendejos para no lograr encontrar la fórmula perfecta y obtener un sabor definitivo, o si yo soy el pendejo por consumirlas aún sabiendo que me he estado tragando algo que desde nunca ha sabido tan bueno como creía.

Y la verdad es que esto no sólo se ve en las galletas, sino en las relaciones.
Peleamos-discutimos-nos lastimamos-rompemos-nos extrañamos-lo hablamos-lo solucionamos-volvemos-nos decimos que ahora sí vamos a funcionar. En ese preciso orden. Luego no es cierto, volvemos al punto de inicio.

Entonces uno se pregunta de nuevo si se es lo suficientemente idiota para estar intentado algo así o simplemente se trata de confiar en que un día llegará el momento en que en el laboratorio encontrarán la fórmula química con los ingredientes exactos que alcanzará de una vez por todas el sabor definitivo de una rica galleta.

Creo que la respuesta es que desde la primera vez que pruebas una galleta y te gusta, no importará cuanto intenten mejorarla, la seguirás consumiendo porque te habrá gustado toda ella y no únicamente el sabor.

Lo único que digo es que estoy enamorado de mi galleta desde el primer momento que la mordí y nada va a cambiar eso; la seguiré consumiendo a pesar de su estúpido intento de mejorar algo que ya me gusta así como está.




5 comentarios:

Alexander Strauffon dijo...

La analogía me dio hambre, ganas de galletas.

Y me recordó algunas cosas, obvio.

aLe dijo...

awwww corazón! para que decir lo obvio :) solo que me da gusto.

Besos.

✿мαяє dijo...

¡Qué bonito!
Me gustó mucho y me alegra leerte contentito.

Felicidades, Novato.

Abrazo.

Diana. dijo...

No creo en el amor, tú sabes porqué.

Pero felicidades por tu galleta. :)

Novak dijo...

¡No entendieron nada!

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