Feliz día de la santa madre

Esta semana hice un post alusivo al día de las madres en mi otro blog, The Blogbus. Hoy les presento el mismo tema pero de una perspectiva diferente...

Basada en una historia real, y por miedo a que googleen y me descubran respeto a los personajes originales decidí cambiarles sus nombres por unos mas bonitos.

Neruca tenía una pequeña familia de la cual se sentía orgullosa. Viviendo en la ciudad de Mérida con su esposo, que era su adoración y sus dos preciosos bebés de nombres Amiana y Viznacho, a quienes también tenía afecto por ellos, no le pedía mas a la vida. Por si fuera poco, tenía un trabajo estable en una pequeña escuela de secundaria donde era profesora de Historia. Su casa era modesta pero muy acogedora. Era tan feliz que practicamente poseía todo lo que había soñado desde pequeña, pero algo iba a cambiar de pronto que daría inicio a una nueva forma de vida.

El esposo de Neruca era un vendedor de una tienda departamental que con el paso de los años fue ascendiendo de manera estrepitosa hasta llegar a un buen puesto el cual le exigía viajar la mayor parte del tiempo entre las ciudades cercanas para cerrar negocios importantes. Llegó una época en el que el esposo pasaba mas tiempo fuera de casa que en ella, y cuando si estaba solo quería descansar de tanto stress que los viajes le generaban. Aún así nunca recibió un reproche por parte de su esposa porque ella lo admiraba en todos los sentidos, pensaba que se esforzaba por sacar adelante a su familia y ella lo iba a apoyar pasara lo que pasara porque lo amaba con todas las fuerzas que una mujer pudiera tener.
La relación duró así un par de años hasta que un día cuando Neruca terminaba una deliciosa cena que había preparado especialmente porque su marido llegaba de un largo viaje de 2 semanas, algo iba a suceder. El esposo entró y saludo muy indiferente, apenas se le escuchó de hecho. Se dirigió a la recamara y se encerró. Posiblemente se estará bañando para degustar esta cena que le hice -pensó Neruca.
Luego de media hora aproximadamente, por fin salió el señor y fue directamente a la habitación de sus hijos donde permaneció unos 15 minutos para luego salir y apagar la luz para dejarlos dormir.
Regresó a la recamara y de ella sacó la maleta mas grande que tenían cosa que asombró mucho a Neruca. ¿Vas a viajar de nuevo? Pero si apenas vas llegando. -Expresó Neruca.
Con un tono de seriedad en su voz y con un fuerte suspiro el marido simplemente comentó: Tenemos que hablar.

Era obvio, el viajar tanto tiempo hizo que conociera a otras personas y entre ellas conoció a una compañera de trabajo de una de las ciudades a donde viajaba con frecuencia quién era mas jóven y bonita que Neruca.

No había forma de negarlo, el esposo se había enamorado de su compañera, los sentimientos no se podían negar, de hecho ya había pedido su transferencia a aquella ciudad. Neruca lloró y rogó una segunda oportunidad, se comprometió a adorarlo y adularlo el doble o triple de lo que ya lo hacía con tal de que recapacitara y se quedara. Todo fue en vano, al cabo de una muy corta charla el hombre se marchó para nunca regresar a Mérida.

Para Neruca se le vino a bajo el mundo, renunció un tiempo a su empleo para quedarse en su casa a pensar en que había fallado. Sus hijos eran muy pequeños (uno de 8 años y la otra de 4) para entender porque su padre llevaba 4 meses sin regresar a casa.
Apenas comían los pobres niños, y no porque el padre se desresponsabilizó ya que este mandaba un buen dinero semanalmente para que sus hijos tuvieran lo necesario. Pero Neruca no tenía ánimos para cocinar y arreglar su casa, mucho menos para estar checando las tareas y esas cosas. Ella necesita su espacio para poder llorar al hombre que se le fue.
Los hijos fueron creciendo en un hámbito hogareño donde el desorden y la inmundicia imperaban ese hogar. Ellos tuvieron que aprender a cuidarse solos (y con la ayuda de los vecinos porque no tenían familiares cercanos), tuvieron que aprender a valerse por sí mismos porque su mamá parecía que nunca se iba a reponer del corazón roto que le habían dejado. Aprendieron a sujetarse las agujetas de los zapatos porque sus amigos les enseñaban, aprendieron que cuando se tenía hambre debían de ir con doña Arcadia quien amablemente les brindaba un plato de sopa caliente a ambos. Aprendieron que cuando un extraño te invita a ir al parque se le debe decir que no, y si no fuese por "Don Costal" el viejecillo que una vez impidió que se lleven a Amiana esta historia hubiera terminado de una manera muy trágica. Estas y muchas lecciones más fueron enseñadas por personas ajenas a su familia, inclusive la tele fue mejor educadora ya que la persona encargada de hacer esta labor siempre se hallaba dormida y de mal humor para responder.

Los años transcurrieron y Neruca se recuperó bastante de su depresión la cual fue presa por muchísimo tiempo. Ahora tenía de nuevo trabajo de profesora y las cosas pintaban un mejor panorama para la familia, o al menos ella lo veía así.

Viznacho decidió abandonar su casa a los 19 porque el odio a su madre por nunca haber estado cuando la necesitó no pudo ser liberado con el paso de los años. Se fue a vivir al DF bajo la invitación de unos amigos que conoció en una fiesta unos meses atrás. A pesar de que le dolió tener que dejar a su hermana porque tenían un lazo muy unido desde la infancia, pensó que era tiempo de dejar el nido.

Justo cuando mas sola se pensaría que iba a estar Amiana, su madre dio un gran cambio y parecía que el papel que le correspondía por fin tenía ganas de interpretarlo en la que fuera la obra de su vida. Con muy buenos ingresos en la escuela que laboraba pudo salir adelante y darle una mejor educación a su hija. Amiana ingresó a una escuela de paga y se fue adaptando a las comodidades y atenciones que en un principio no tuvo.
Timida, inocente y con miedo a explorar la vida tal como fue desde pequeña Amiana encontraba rara la situación que de buenas a primeras ya tenía una madre. Neruca compró a su hija con el mejor celular, los mejores restaurante y cualquier caprichito que su hija le pedía. Las dos eran felices en esos momentos para que negarlo.

Lo natural se iba a presentar a la puerta de su casa, y se presentó bajo el nombre de Rigosendo, el novio. No tardó mucho para que fuera bien aceptado por ambas, madre e hija, puesto que Rigosendo era hijo de un exitoso hombre dueño de una serie de restaurantes muy populares en la ciudad. Entre regalos, lujos, salidas y muchas otras cosas Amiana terminó por serle muy agradable pero había algo que no le interesaba en él pese a ser uno de los chicos mas cotizados del colegio donde estudiaba. El muchacho hacía sus méritos pero dicen que a la fuerza ni los zapatos. Neruca notó el constante rechazo que Rigosendo tenía por parte de su hija por lo que decidió intervenir aconsejándole que era la oportunidad de su vida, que casarse con ese muchacho le iba a facilitar las cosas. Rigosendo no era una mala persona pero amaba tanto a Amiana (o al menos la deseaba tanto) que aceptó ser participe de los planes de su madre para poder conquistarla. Ésta reveló todos y cada uno de los secretos que a Amiana la hacían feliz, y por si fuera poco le dijo que si lograba convencerla de tener relaciones con ella la iba a tener para siempre ya que la hija había confesado en varias ocasiones que el día que lo hiciera por primera vez se iba a quedar con el hombre en turno. A Rigosendo le pusieron todo en bandeja de plata, inclusive la idea de hospedarse en un hotel de la Riviera Maya por 2 noches fue ocurrencia de la misma madre. Por su parte en aquél viaje donde todo se iba a dar Neruca estuvo sugestionando a su hija para que accediera a TODO lo que su novio le pidiera porque él era un buen muchacho. Amiana estaba decidida a dar ese gran paso tan importante en la vida de toda mujer aquella noche pero ya en el momento no pudo y pidió que se intentará la noche siguiente. Nuevamente en la habitación un día después, Amiana fue clara y dijo no estar lista para eso que Rigosendo le pedía. El novio al ver que se le escapaba la oportunidad mencionó que si no lo hacían su mamá se iba a decepcionar de ella y podía recaer en una depresión porque tenía tiempo que lo venían planeando. Y así fue como el hábil novio desenmascaró todo el trama previo a tal "romántica" cita.

Al regresar del viaje donde nada pasó, la mentalidad de Amiana estaba totalmente cambiada. Con evidente odio en los ojos, tenía bien claro lo que iba a hacer.

Como bien se sabe, de tal palo tal astilla, Amiana llegó y se encerró en su recamara e hizo exactamente lo que su padre hizo años atrás. Al salir de su habitación se dirigió a la cocina donde se encontró a su Neruca y antes de que le preguntará como le había ido le dijo:

Solo vine a decirte lo mucho que te quiero mamá... lo mucho que te quiero muerta.

Tomó sus cosas y abandonó su casa para siempre.