Yo contra los felinos endemoniados

Creo que en varias ocasiones he mencionado, si no en mi blog al menos si en mis comentarios, mi desprecio hacia la raza animal. Bueno, aunque no desprecio de manera racista, debo confesar que también me caen mal los humanos que tachamos de "animales" por lo bestias que son.

En mi casa hemos tenido mascotas en algunas ocasiones por el puro gusto de que a mi señor padre se le ocurrió la idea de que sería bonito contar con un "integrante" más en la familia, claro como no él lo tiene que atender. Recuerdo que de pequeño, o sea no hace mucho, tuvimos una linda mascotita llamada "Blackie", una perra de cruza de Doberman y Bull terrier. Mi mente prefiere quedarse con el recuerdo de que era una dulce y juguetona canina de pocos centímetros de altura la cual era demasiado curiosa en su etapa de cachorrita. A partir de que creció, se desarrolló y mutó ya no quiero acordarme. Quisera olvidarme de todos los destrozos que hacía en el patio, el lavado que recién tendía mi señora madre y ésta la bajaba a mordidas en señal de juego. Quisiera no recordar de cuando casi le quita la quijada a mi hermana de 5 años apenas cuando en un arrebato por jugar le clavo los colmillos. Aunque claro, ahora si quisiera tener un lobo u oso que se la trague de un solo bocado pero bueno, eso es ahora, antes si le tenía cierto cariño a mi hermana. Pero en fin, en general en mi familia no nos gustan las mascotas, hay que atenderlas, cuidarlas, alimentarlas, y miles de chingaderas más que para colmo jamás te darán las gracias. Bueno, un loro si podría pero sabemos que no lo diría de corazón.

Si les comento esto es porque en recientes días hemos estado teniendo muchas molestias con las mascotas de los vecinos que al parecer les debemos dinero o de plano nos tienen envidia porque pareciera que han mandado a sus animales a fastidiarnos la vida.

Y particularmente hoy les hablaré únicamente de los gatos "vecinos" que se la pasan en mi casa.

Desde hace un par de años fue que la familia vecina de a lado obtuvo una rara afición por coleccionar gatos, y digo que bueno ¿No? qué padre que si les gustan tanto que los exhiban en la sala de su casa pero MUERTOS.

Haciendo un cálculo a lo tonto diría que tienen unos 8 gatos o quizá si lleguen a la decena. El punto es que el problema en si no es la cantidad sino el comportamiento que estos felinos tienen, ya que tal pareciera que fueron amaestrados por una secta maldita parecida a la secta que crió a los monos asesinos de aquella película llamada "Congo". O a lo mejor traen en su ADN algún gen maldito tipo "Resident Evil" el cual está destinado a molestar mi traquilidad y la de mi familia.

Ustedes verán, aquí el Novak gusta de tener un contacto con la naturaleza vegetal, gusta de respirar un ambiente puro y fresco por las mañanas y gusta de agasajar sus pupilas con las chicas en bikini del tv y novelas con los radiantes colores que la naturaleza viste a las flores y el pasto.

Mi pequeño y ridículo jardín de 5 x 4 solía ser uno de los mas radiantes y vistosos de la cuadra. Con un esplendoroso verde chillón que presumía mi césped y con unos rosales de colores varios y brillosos casi tan bellos y pispiretos como los ojos de mi hermosa novia, despertaban envidias y suspiros, dependiendo del vecino que pasaba y admiraba claro. De igual manera se pavoneaba al exponer a su majestuosa palmera enana que con el suave rocío de la mañana lucía espectacular cada que salía el sol.

Pero todo se vino abajo cuando esta plaga de cuadrúpedos peludos comenzó a hacer de las suyas en mi jardín. Tal y como te chismean los buenos vecinos te enseña la carrera de Botánica en su tercer semestre se sabe que la orina de perros y gatos es un exterminador de cualquier forma de vida vegetal. La toxina que se encuentra en esta sustancia ataca la clorofila de las plantas y las destruye sin importarle que sean la fuente de inspiración de una mañana bonita.

Pero parece que a los felinos no les importa ya que les encanta hacer sus necesidades en mi jardín a tal grado de que por ahora es mas tierra la que se aprecia que el escaso césped. De los rosales ni se diga, ya no hay desde hace meses. Mi jardín ha pasado de ser motivo de presumir a generar vergüenza en la fachada de mi casa.

Mi jardín está invadido por estos séres que parecen ser inmunes a los gritos e insultos a los que por lo general los recibimos cada que los vemos contonearse en lo que queda del perímetro de mi pasto.

Los hay de diferentes tamaños y colores, los hay blancos, amarillos, negros, grises, combinados. Una vez que mis amigos me tiraron en la puerta de mi casa llegué pasado de copas de una fiesta a las 4 de la mañana vi durmiendo tranquilamente a uno de ellos que tenía la piel como el gato de alícia en el país de las maravillas. Quise tomarle una foto pero no se dejaba de mover el desgraciado y no pude enfocarlo así que mejor entré a dormir. Ya después nunca más lo volví a ver pero sé que lo que vi aquella noche fue real.

El punto es que estos animales hacen y DESHACEN en mi indefenso jardín (o lo que queda de él) mientras que sus dueños alegan no tener control en ellos y que no son en realidad de ellos. Bah, ahora resulta.

Otra manera de molestarnos es cuando se ponen a pelear entre ellos a las 2 de la mañana y através de las ventanas se escuchan esos ronroneos que mas bien parecen conjuros demoniacos porque si que suenan feo. Entre eso y una balacera del Norte (que nunca he escuchado) me quedo con la balacera ya que los maullidos nocturnos dan miedo, bueno, no a mi exactamente ya que yo soy un príncipe azteca muy valiente, pero irrumpen mi preciado sueño de todas maneras y ni modo que salga desnudo en pijama a media noche a tratar de callarlos. Y ni me aconsejen hacer el clásico "Shhhh" porque ya lo intenté y parecen ser sordos los desgraciados.

En serio que odio a esos malditos hijos de perra madre, bueno, mas bien son hijos de su gata madre, aunque creo que lo correcto sería decir "Hijos de su gatúbela madre", como sea.

Si alguno de ustedes ha pasado por algún problema similar ya sea con gatos, ardillas, catarinas, lagartijas, ratas, murciélagos o topos y ha logrado conseguir la solución, le pido de la manera mas atenta que me pase el dato. Ofrezco una cuantiosa cantidad de tarjetas de la pepsi con personajes de la Marvel que datan de los años 90 y que la mayoría están en mal estado o una extensa colección de cassetes de los mismo años con la música del ayer que no se olvida.

Yo he intentado desde las palabras obscenas y gritos, baños de agua caliente donde termino quemandome yo, tiros mortales con la resortera y muchas cosas mas. Es más, hasta he intentado la clásica trampa "infalible" que salen en las caricaturas y nada.

Ya la magia Vudú ni la intento porque según las películas de terror que he visto estos seres gatunos son infalibles a la brujería. He intentado localizar al experto en el ramo, al señor Jaime Ferrero, para que me eche una ayudadita para atraparlos, cazarlos, matarlos o comerlos pero no lo he podido contactar.

Repito, si alguno de ustedes tiene alguna idea de como ayudarme a salir de esta situación le agradeceré mucho.

Odio a los gatos.