Los sonidos de la vida



Seguramente, al igual que yo, alguna vez se habrán dado cuenta que existen sonidos alrededor de nosotros que no les prestamos atención pero que, sin  embargo, nos dejan una agradable sensación y son un regocijo para nuestros oídos y un tranquilizante para nuestro sistema nervioso.

Tiene mucho de cierto eso de que los pequeños detalles suelen tener grandes importancias.

Les presento algunos de los sonidos que se encuentran en la vida común y que, en lo personal, me fascinan escucharlos; no sólo porque son agradables, sino porque me transmiten paz, armonía, alegría, o algún otra sensación placentera.
En realidad, el orden en que se los comparto, no representan ninguna jerarquía.


1. El destapar una bebida de lata

Ese mágico momento en que se quiebra en un pequeño y tímido estruendo que es generado por la diferencia de presiones internas y externas que culmina en un pssst, acompañado de burbujas refrescantes del sabor preferido. Da pie a que en mi cerebro se formule la idea que en breve voy a disfrutar de una bebida muy fría y exquisita.


2. La chapa de la puerta al cerrarse

Cómo me tranquiliza ese sonido que es ocasionado por los metales de la chapa de la puerta principal de mi casa al embonar la cerradura indicando que está completamente cerrada. No sé, me provoca una sensación de seguridad el saber que estoy en mi hogar y que ahí nada me pasará. Que estoy a salvo de la monstruosa humanidad de afuera y que, al menos hasta que tenga que volver a salir, estaré bien protegido en el interior. Un sonido que sin duda me aliviana mis temores.



3. Los sonidos de una patineta


Tal vez no estén familiarizados con este sonido pero les cuento que para mí significa mucho. Una de las cosas por las cuales comencé a patinar fue precisamente porque veía a otros chavos hacer trucos y verse "cool". Pero también entraba en un trance emocional al escuchar como las ruedas de la patineta hacían ese ruidito característico al estar en movimiento. Lo mismo sentía cuando hacían los trucos y escuchaba el deslizar de la madera con las rieles o las banquetas. Yo quería ser uno de esos y ser quien sintiera esos sonidos en carne propia. Me gustan porque es un sonido poco común, porque me transporta emocionalmente y me altera la adrenalina en cuanto comienzo a moverme y me enfilo hacia una estructura la cual voy a truquear. Me encanta el skateaboarding; y aunque ya no lo practico, jamás olvidaré esos sonidos, sobre todo de las ruedas en el pavimento que me decían: ¡aquí vamos, Novak!.



4. Las hojas secas de los árboles revolotear con el viento

No sé si ustedes coincidan conmigo, pero al menos para mí, encuentro sumamente relajante y pacífico el sonido de las hojas secas de los árboles que el viento arrastra por el suelo. Ese remolino travieso que juguetea por los pasillos llevándose a su paso todas esas pequeñas hojas que caen de los árboles; alejándolos de su nido. Me genera un contacto sonoro directo con la naturaleza que es bastante tranquilizante.


5. El agua cayéndo de la regadera

¿A poco a ustedes no les provoca nada ese caer del agua desde la regadera azotándose al piso de su baño? Ya sea que tomemos el primer baño del día, o que lleguemos de un día cansado donde estuvimos muy presionados; el escuchar los sonidos de nuestra regadera nos dice algo así como: tranquilo, ya estás en casa, tómate un descanso.
A mí me relaja mucho sentir ese masaje corporal que el líquido me proporciona con cierta presión al estar debajo de mi regadera. Adoro estar bajo ella, adoro como se siente y adoro como suena.


6. El chasquido de un beso

Muy aparte de las sensaciones químicas que un beso nos provoca a nuestro sistema nervioso por el hecho de hacer contacto con los labios de otra persona, creo yo que el sonido de esos chasquidos que se sucitan por nuestras salivas, merecen un amplio reconocimiento.
Sé que para que un buen beso sea catalogado como tal, se requiere mencionar otros sentidos como el olfato, el tacto; y si es a ojo abierto, la vista también. Pero en este caso hablo únicamente de ese sonido delicioso como de ratoncito comiendo un pedacito de queso. Ese intercambio de fluídos bucales que saben tan ricos cuando en verdad estamos motivados a besar. Sin duda, una de los mejores sonidos de la vida que puedo numerar ya que me provoca algo muy indescriptible que únicamente se puede intentar explicar con el mismo beso.
La próxima vez que besen, escuchen ese sonido, ese delicioso chasquido; verán que es parte de la magía de besar.


7. El choque de una cuchara con la taza de mi café

No todos los sonidos tienen que significar cosas profundas en mi persona. Este por ejemplo, me transmite alegría. Alegría de saber que estoy apunto de disfrutar una deliciosa y tibia bebida. Ese golpe que causa el metal de la cuchara con la cerámica con la que está echa la taza, o el barro, o el material que sea; me hace pensar siempre: ¡listo! ahora sólo disfruta tu café.
Confieso que no siempre me queda el café en su punto. A veces muy amargo, a veces excedido de azúcar; pero apesar de ello, después de revolver con mi cuchara ese endulzante, me viene la incógnita de cómo me habrá quedado. Todo es un conjunto. Todas las sensaciones me hacen pensar en que es un reto tomar mi café. Un reto que disfruto y que comienza escuchando golpearse la cuchara en mi taza.


 La naturaleza es un santuario de sonidos, y ruidos que deberíamos prestarle más atención si no lo hemos hecho. Les invito a que descubran esos sonidos y que disfruten lo que sea que les provoque. También los objetos cotidianos con los que nos ambientamos todos los días tienen miles de sonidos que nos provocan cosas que a veces no nos damos cuenta.
Disfruten de esos sonidos a su alrededor.



11 comentarios:

Diana. dijo...

Nunca me había puesto a pensar como ahora lo planteas, pero definitivamente hay ciertos sonidos que a mi también me gustan, por ejemplo: El de un río o lago corriendo a su cauce normal, también me gusta el sonido de las motos ya sea al momento de prenderlas o cuando están en marcha, o de un carro de carreras es como adrenalina para mi.

Buen Post. Hay que fijarnos más en esos sonidos cotidianos que nos pueden enriquecer ese oído sordo que a veces tenemos.

Un abrazote.

Alexander Strauffon dijo...

También el sonido de las palomas, u otras aves, justo cuando está amaneciendo.

El del agua fluyendo continuamente, como en una fuente.

Nash dijo...

Tooodos esos sonidos que describes me gustan mucho, casi por lo mismo que a ti. Excepto el de la patineta: ese me gusta porque se que mi hermano está llegando a casa :)

✿мαяє dijo...

Me gustó mucho tu post, siempre presto demasiada atención a eso.

Casi todos los mencionados me gustan. El 'psst psst' de un perfume es de mis favoritos, sonido y olor.

Igual deberías escribir uno acerca de 'los olores de la vida' :)

Saludos.

Moka Hammeken dijo...

Un post muy romántico para la mañana del martes... Ter pone a pensar.


¡Saludos!

SusyBlog dijo...

ya andas chocheando eso de la edad te está afectando

P O C O a P O C O ...
Ya hasta con el café saliste... tsss
=)

Buen post
Su.

Novak dijo...

Diana: tan intensa como relajante. Es importante combinar ambas emociones.

Alex: Sí, cada quien tiene sus muy propios sonidos.

Cuetzpallin: me imagino que sí jajajaja.

Mare: Muy bueno el que mencionas. Igual es un sonido, coqueto.

Moka: ¿Romántico? Sólo tú lo viste así :P

Susu: Con nada te doy gusto jajaja. Y mira que tú no te me quedas atrás así que SHHHHHHH.

Anónimo dijo...

Yo me quedo con el sonido que hacen los teclados de las laptops cuando escribes, son de esos sonidos que dentro de poco dejarán de existir por tanta pantalla touch y sus sonidos artificiales, igual como le pasó al sonido extinto de las máquinas de escribir.
Saludos, goei.

Anónimo dijo...

Siempre llego al último en todos los comentarios de tus posts :-(

Novak dijo...

Me pasa igual en tu blog, pero como soy el único que te comenta pues no se nota JAJAJAJAJAJA... nosierto, amiguito; no quise herir tus falsos sentimientos.

Anónimo dijo...

:C

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