Christmas is near
Veo esta imagen y me da mucha crudeza pensar que pie de foto le puedo poner. Mañana estaremos a dos meses exactos de celebrar la navidad y las tiendas y comercios ya empiezan a recordarnos que es hora de comenzar a planear nuestra víspera navideña (y eso que aún no pasamos el Día de Muertos). Llegó el momento de empezar a ver como adornaremos nuestros hogares, que será el menú de la cena de ese día, o en casa de quien haremos la fiesta. Luces de colores intermitentes, árboles blancos (inclusive morados se consiguen hoy en día), adornos con tonos rojos y verdes, y todo lo relacionado a la navidad, queramos o no, nos hace entrar en armonía y sintonía con esta fecha. Pero la hora del consumismo se acerca y la mercadotecnia empieza a lanzar sus mejores campañas publicitarias para atraernos y así comprar sus productos. Con la dispersión del aguinaldo, la caja de ahorro, o el préstamo de la mutualista que se hace para no quedarse sin dinero en esa fecha, iremos a adquirir todo lo necesario para pasar una navidad bonita e inolvidable (como decimos cada año).
Navidad se acerca y el barrigón de barbas blancas se tiene que poner a trabajar a marchas forzadas para que ningún niño en la tierra se quede sin disfrutar de la bondadosa navidad... ¿será?
Muchos de ustedes ya empiezan a pensar en que regalarán a los más pequeños de sus familiares, pero, ¿con qué propósito?, ¿cuál es su objetivo de regalar en esa fecha?, ¿lo hacen por tradición, obligación o por aprovechar los descuentos y los meses sin intereses?
Yo no sé que tan caro es lo que van a regalar, o porque lo hacen, pero espero que cuando lo hagan no sea simplemente por el hecho de dar o por tradición. Si acostumbran a hacerlo, que sea transmitiendo un valor e inculcando sobre todo el aprecio y respeto que significa cada presente. Que sus regalos no sean objeto de materialismo y presunción por dar el mejor y más caro obsequio. Hagan que valga la intención de regalar y enseñen a los niños el valor de recibir.
Si les cuesta entender el concepto, vuelvan a mirar la imagen e intenten pensar en los juguetes que los niños más pobres de este mundo van a recibir este 24 de diciembre. A lo mejor reciben una pelota pinchada, una muñeca sin brazos, o quizá un simple carrito hecho de hojalata de basurero con taparroscas viejas como ruedas. Esa noche, cuando esos niños se acuesten a dormir, muy probablemente con el estómago vacío, no estarán deseando despertar y encontrar regalos en el pie de árbol que no tienen; simplemente van a despertar con hambre y con ganas de tener algo que comer.
Sí, a cada quien le toca una vida diferente; a unos menos complicada que para otros, pero de uno mismo depende hacer valer lo que le toca y lo que da. Si quieren que este sea un mejor mundo para los suyos, empiecen por transmitir esos valores para no perderlos. Sólo depende de ustedes.
3 comentarios:
Fav si me extrañaron. :3
Conmovedor y reflexivo tu post.
De mi parte no hay fav.
Saludos.
La navidad me gusta mucho y precisamente me llegan estos pensamientos a la mente. En lo personal acostumbro regalarle algo a un niño que no recibe nada, no cambio al mundo, pero si me gano una sonrisa enorme.
En mi casa no existe Santa Claus, sí se le obsequia algo a la niña, no algo ostentoso ni caro, sólo por no dejar pasar la fecha y bueno, el único regalo que recibo es el del intercambio (nadie me quiere) jaaa, no pues. Sólo que es lo único que nos damos :)
Definitivo tu post a muchos nos hará reflexionar.
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